miércoles, agosto 01, 2007

Que no

Que sí que no que sí que no se puede es imposible que anda y fijate y así hice caminando por la vereda –miel y avena- fui salpicando trocitos de sol hasta llegar ahí estaba entre dos grandes y –debo decir que amo, realmente adoro esta palabra– FRONDOSOS árboles que enmarcaban el negocio Hola buen día Hola que tal somos dos chicas una rubia –y otra no tanto– mirando una tele de allá arriba tenemos ojos y bocas y manos y pechos y todo eso que tienen las chicas que queman como el horno de las panaderías pero no vine por chicas –¡hormonas al establo!– ¿Acá es donde se hace el chocolatín de dos kilos y medio? La chica se levanta –y la otra no tanto– me miran fijo y serias de labios la tele se corre se hace ¡Cucha al rincón! y si había alguien en la panadería se fue porque de pronto soy el centro –no deseado– del universo pebete –y figacita– ¿Quién te dijo eso? preguntó la no tan rubia un amigo –le digo– yo quería chocolate y me dijo que venga a esta panadería que había un panadero minero que hacía un chocolatín de dos kilos y medio ¿A sí? Sí entonces la chica se levanta –porque estaba sentada pero no tanto– y se va por una puerta que mantra moneditas y colores la rubia me ata mirando ahí todo culpa esperoso me doy vuelta y veo al panadero minero ¿Es usted el panadero minero? Le pregunto primero porque malentendidos no quiero Sí soy yo me responde mas luego ¿Tiene el chocolatín de dos kilos y medio? Eso creo me dice y se agacha entero desaparece del mostrador y la rubia –y la no tan rubia- vuelven a sus banquetas de tuppers de arroz blanco –y no tan blanco- granos de arroz por la nariz –y los labios- dientitos de arroz con leche hasta que el panadero minero sale con el chocolatín de dos kilos y medio cae al mostrador ¡Oh qué color! cuadradito compacto brillante –cuán chocolatoso y FRONDOSO– las facturas se pagan solas los churros fuman para adentro y los bizcochos se hacen morochos y la tabla se parte en uno dos por tres veces Pibe tené cuidado nada de agite ni fuego ni muerdo ni tirarlo a los autos chupalo por seis meses Bueno lo que usted diga panadero minero usted sabrá mejor que nadie dígame...
¿cuánto le debo?