Dos poémas

Está cruzando la vía
en paso peatonal, sin barrera,
recordando
a su madre dicendo:
"mirá para los dos lados al cruzar la vía,
mas si acaba de pasar uno"
mientras un tren lo aplasta
a él, que se estrena cadáver.

En el medio de la via crece
un brote de árbol
crece entre los cinco minutos
de un tren a otro
trasformandose en un grueso tronco
de árbol alto.
El tren, indefectiblemente,
llega
se sube por las raíses trepa por sus ramas.
En lo alto mira
para los dos lados.


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Todo es calmo
el tiempo es amorfo,
los semáforos
muestran sus colores
al silencio.
Poco tenemos
que sentir
en este momento
para saber del olor
insoportablemente alcohólico
y lo tranquilo
de
domingo a la mañana.