Cuando mi papá me parió (porque él así lo cree)
dicen que gritó chancleta!
Y yo, para chocar de entrada, pegué un llanto.
De chica en mi familia me decían hime,
y yo, mutilada andaba.
Tenía once años cuando los reyes me regalaron
una bicicleta que aún no sé cómo andar.
A esa edad también aprendí a nadar,
pero terror al mar le tengo (como a todo lo que no
tiene límites).
- Ay! Vos siempre ahogándote en un vaso de agua!, me decían.
Me recibí de todo:
acuamán de pecera,
tarzán de maceta,
inspectora de zócalos,
esquimal de cubito, con honores.
Cuando dejaron de decirme, empecé a decir yo.
Y prometí nunca más callarme.
Ahora, Jimena dicen.
- ¿Jimena qué?
- Jimena H.
- Pero la H es muda!
- Sí, pero yo no.
2 comentarios:
Cómo me gusta éste texto!!
cómo me emociona y conmueve!!
aguante!!
aguante éste texto!!
Es como...
como...
como un texto de principios...
un basta literario!! jeje
Grande Jime!!!
Excelente remate.
Salió solo o lo pensaste?
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